Contenido de valor: Descubre cómo atraer a tus clientes potenciales
Para atraer usuarios y que se conviertan en clientes, deben atravesar un proceso de formación para que conozcan quiénes somos, qué ofrecemos y qué valor agregado podemos aportar a su vida. Es muy importante que, para que el contenido sea efectivo, hablemos puntualmente sobre ellos, sus puntos de dolor y cómo podemos subsanar sus deseos y necesidades sin colocarnos en un lugar protagónico. En este posteo te enseñaremos cómo crear contenido de valor, cómo hablarle a tu público objetivo y qué errores no debes cometer en este ejercicio.
Hoy en día es moneda corriente escuchar hablar de conceptos como “marketing de contenidos” o “contenido de valor”, pero ¿Qué significa esto? Básicamente consta en crear una pieza comunicacional que aporte información valiosa para un usuario. Esta debe poseer una serie de características para que no pase desapercibida y que logre su cometido. A continuación ahondaremos sobre este concepto y te daremos algunas pautas para que puedas aplicarlo a tus estrategias comerciales.
Fundamentos del contenido de valor
Para poder crear una pieza comunicacional (en todas sus variantes) que sea efectiva hay que comprender dos cuestiones muy importantes:
- Debemos conocer a la perfección quiénes somos, cómo nos presentamos y nuestros puntos fuertes y diferenciales.
- Saber quién es nuestro cliente ideal. Hay un grupo específico de personas que adquirirían nuestros productos o servicios, puesto que si creamos contenido demasiado abarcativo terminamos por no llegar a absolutamente nadie. Por lo tanto es importante identificar: quiénes son estas personas interesadas, cuáles son nuestros argumentos para llegar a ellas y cómo podemos convencerlos para convertirlos en clientes.
Entonces, recapitulando, para crear estos contenidos debemos obtener toda la información necesaria para poder desplegar una serie de argumentos que nos ayuden a alcanzar nuestro objetivo. Desde ya esto dependerá de qué queremos lograr y en qué fase se encuentra nuestro cliente potencial.
Aunque, la única manera de lograr nuestro objetivo es siendo directos, concisos y utilizando el lenguaje que nuestro público utiliza. Muchas veces hay un desfase entre lo que comunicamos y cómo recibe e interpreta un usuario el mensaje.
¿Cómo crear contenido de valor?
Supongamos que ya tenemos toda la información correspondiente ¿Qué hacemos ahora? Si investigamos lo suficiente ya tendremos en claro en qué plataformas se desarrolla nuestro cliente ideal y qué formatos son de su agrado para poder crear una pieza que se adapte a estas características. Ahora es tiempo de escribir.
Para poder llamar la atención de los usuarios debemos tener en cuenta cuatro pilares fundamentales: un gancho, un titular atractivo, una estructura y una llamada a la acción clara y concisa.
Gancho
Es la razón por la cual el usuario lee, en este caso, nuestro contenido. Este debe ser atractivo, prometedor y específico. Un buen gancho, generalmente, tiene que ver con el punto de dolor o interés de esa persona y vislumbra una posible solución que se desarrollará a lo largo del texto. El “gancho” se encuentra intrínsecamente relacionado con el deseo del usuario y para poder crear uno debemos tener presente lo que mencionamos anteriormente.
Título
Al igual que el gancho, un titular es el responsable de que un usuario nos lea o no. Estos funcionan como filtros de audiencias para atraer aquellos que tengan una intención de conversión. Los títulos son los encargados no sólo de captar la atención de las personas sino de darle una razón para continuar leyendo. Estos no deben ser demasiado largos, deben tener palabras clave atractivas y dilucidar una intención o aportar el beneficio que obtendrán al leer el texto.
Estructura
Una buena estructura aporta musicalidad y armonía. Pero eso no es lo más importante. Lo fundamental de una buena estructura es mantener un orden en el mensaje para evitar posibles dispersiones que acaben en un rebote. Una buena forma de mantener una estructura es siguiendo el modelo AIDA. Estos comprenden la Atracción, el Interés, el Deseo y la Acción. Básicamente comprenden un funnel de conversión adaptado a un texto. Una vez que se atrae a un usuario se le despierta un interés y eso activa un deseo que se concreta con una acción.
Llamada a la acción
No hay que explicar mucho en este punto. Una llamada a la acción es fundamental para comunicarle al usuario qué es lo que debe hacer luego de leer nuestro contenido. Para esto deberemos ser claros y concisos para evitar ambigüedades que concluyan en la nada misma. Pero, no olvidemos, que siempre debemos destacar en el beneficio que esto le otorga al usuario. Por ejemplo: descarga nuestra guía gratuita y aprende los fundamentos básicos del marketing digital.
Con estos cuatro componentes vamos a poder elaborar textos para anuncios, redes sociales, entradas de página web, campañas de email marketing. E, incluso, textos que vayan en piezas gráficas o audiovisuales. Recuerda que siempre hay que tener en cuenta al usuario. A ellos no les interesamos como marca, sólo les interesa solventar un deseo o una necesidad. Puesto que nuestra comunicación debe obligatoriamente enfocarse a ello y proporcionar toda la información necesaria para cumplirlo.
Cinco errores típicos del marketing de contenidos
Para aquellos que estén iniciando en este ejercicio de creación de contenidos, es muy importante que, a modo preventivo, sepan aquellos errores que son típicos del oficio y que no siempre solemos identificar:
-Ser redundantes: Muchas veces solemos utilizar palabras de forma excesiva e innecesaria para expresar una idea que puede ser descrita de una forma más concisa. Por lo que solemos escribir mucho sin decir nada realmente.
-Hacemos foco en nuestra empresa y no en el usuario: Esto deja a entrever nuestro ego y, como mencionamos anteriormente, al cliente no le interesa nuestra empresa. Por lo tanto es importante dejar entrever nuestros beneficios a través de aquellos que obtienen los clientes.
-Errores ortográficos y gramaticales: Muchas veces nos hace falta una revisión exhaustiva sobre nuestros textos. Un error ortográfico o gramatical puede distorsionar nuestro mensaje.
-Falta de precisión: Siguiendo la línea de la redundancia, no ir directo al punto abre la posibilidad de la libre interpretación por parte de los lectores. Con lo cual procura de dar datos específicos que den a entender de una forma clara lo que quieres transmitir.
-Exceso de adjetivos y falta de pruebas: Un grave error a la hora de crear contenidos es saturar nuestros textos con adjetivos poco específicos. Muchas veces nos agrandamos y utilizamos conceptos como “innovadores”, “únicos”, “efectivos”. Para constatar todo esto es que debemos utilizar datos concretos que sustenten nuestros dichos.
Conclusión
Crear contenido de valor es un ejercicio que ponemos en práctica a diario y que requiere de constante formación, innovación y revisión. Nuestros clientes ideales pueden ir mutando con el paso del tiempo y nuestra comunicación debe ir a la par de esa transición. Es por eso que debemos poner el foco no tanto en la parte técnica de redactar los contenidos, sino en la parte de investigación de todas las aristas que vimos a lo largo de esta nota para obtener un enfoque 100% personalizado. Esta es la clave para que el contenido sea de valor y que, además, cumpla con nuestros objetivos comerciales.
En Wisd Global estamos en constante formación de las últimas técnicas del Copywriting y realizamos un trabajo de investigación exhaustivo para formular una estrategia de contenidos efectiva para nuestros clientes. Si queres obtener más información sobre nuestra metodología de trabajo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.